MALABO.- Uno de los sectores más afectados por la pandemia del COVID-19 es sin duda el sector turístico. Las medidas adoptadas por la OMS para frenar la evolución del virus afectan a todos los sectores de la economía pero de una manera muy concreta al sector turístico, según un comunicado de la Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial.
Las previsiones de crecimiento a nivel
mundial, según la OMT para este 2020 originalmente estaban en torno a un
3 a 4%; debido al brote del virus en todo el mundo, se estima que el
crecimiento sufrirá un descenso superior al 30% en todo el sector para
este 2020; previsiones que pueden verse incrementadas teniendo en cuenta
que de momento no hay vacuna, y que varios países siguen con la
necesidad de seguir manteniendo medidas estrictas para evitar los
contagios.
En Guinea Ecuatorial, el sector, al igual que en el resto del mundo,
afrontará, un gran desafío. La bajada de la ocupación hotelera en torno
al 1%, las restricciones de los movimientos por la prohibición de los
vuelos comerciales, tanto nacionales como internacionales, así como la
inactividad de las agencias de viajes, entre otros, golpeará
significativamente a un sector fundamental en las estrategia de
diversificación económica, según las conclusiones adoptadas en la II y
III Conferencias Económicas Nacionales, celebradas en 2007 y 2019, y que
contribuye de manera significativa en los objetivos del Plan Nacional
de Desarrollo 2035, los objetivos de la Agenda 2063 de la Unión Africana
y la Agenda 2030 sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las
Naciones Unidas.
Estamos ante un sector estratégico elemental para nuestra economía y
que tiene una importancia significativa, tanto por la generación de
empleos directos como una cadena de valor que se verá afectada de forma
significativa por su descenso o desaparición, cuyas consecuencias serían
considerables en cuanto al desempleo e ingresos para el turismo, y sus
sectores anejos como lo son: comercio, agricultura, transportes,
telecomunicaciones, etc.
Sin olvidarnos que este sector es uno de los
sectores clave para la empleabilidad de la juventud, por lo que una
reducción de su actividad implicará un sector vulnerable en una posición
de aún mayor desventaja.
Si unimos la situación actual a los escasos márgenes de estas empresas,
la necesidad de seguir manteniendo los costes operativos, personal,
pagos de alquileres, gastos de suministros, préstamos, entre otros, sin
apenas generar ingresos, podemos llegar a la conclusión de que la única
opción viable para algunas empresas del sector turístico es el cierre
del negocio.
Una tónica preocupante para un sector que está ante un
futuro de incertidumbre y con una imperante necesidad de reactivación.
En algunos sectores, como las agencias de viajes, la situación es aún peor, en primer lugar, porque “no
tienen un producto que vender durante esta situación de cierre de
fronteras mundial, y además están ante un aluvión de reclamaciones por
cancelación de vuelos y reembolsos que, si los proveedores no devuelven,
se quedan en la tesitura de tener que resolverlo directamente con los
clientes”.
Y a diferencia de las aerolíneas, el músculo financiero
de las agencias de viaje es mínimo, por lo que el impacto será aún peor
para estas últimas. Los hoteles por su parte registran sus peores datos
de ocupación, y tienen la necesidad de cumplir con las obligaciones
diarias de mantenimiento de infraestructuras, así como de personal, lo
cual les sitúa en una posición difícil de abordar. Tanto los
restaurantes, como los bares y pubs, tienen una situación similar en
todo el sector, puesto que la restricción de la movilidad y cierre de
locales afecta directamente a que no registren ingresos.
Todos los actores económicos y políticos deben aunar los esfuerzos
necesarios para evitar una desaparición o daño irreversible del sector
en el país. Es por ello que los esfuerzos deben ser conjuntos y en
consenso entre todos los principales actores, para alcanzar entre todos
la mejor solución ante un rescate de un sector potencial que está
llamado a representar una parte significativa en la economía del país.
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